Hablar del Magíster y Doctorado en Educación Matemática de la Universidad de Los Lagos es hablar de una apuesta académica y ética por el sur de Chile. Estos programas, creados en Santiago en los años 2011 y 2012, respectivamente; y trasladados a Osorno el año 2017, son de carácter académico. Estos no buscan solamente atender problemáticas inmediatas de la práctica docente, como suelen hacerlo los programas profesionalizantes, sino que buscan transformar al profesor de matemática en investigadores y profesionales capaces de analizar su entorno y levantar respuestas a sus problemáticas a partir de generar teoría, diseñar nuevas metodologías, transformar la enseñanza de la matemática a largo plazo, entre otros.
Este desafío no es menor, pues implica fortalecer el aprendizaje de manera multidimensional, considerando las dimensiones epistémica, cognitiva, afectiva, mediacional, interaccional y aquellas relacionadas con la implementación de recursos, entre otras. La matemática no se aprende únicamente a través del repaso o la transmisión de contenidos; exige una aproximación más integral que parta de la comprensión profunda de los objetos matemáticos con los que se interactúa y de las prácticas sociales que los sostienen.
A ello se suman factores igualmente decisivos como la motivación, las creencias y las emociones que tanto docentes como estudiantes construyen en torno a esta disciplina. Reconocer esta multidimensionalidad del aprendizaje es clave para superar la percepción de que la matemática es inaccesible y, al mismo tiempo, para abrir paso a comunidades de aprendizaje más inclusivas, equitativas y humanizadas, donde la matemática se viva como una herramienta de trasformación para el desarrollo personal y social.
Además, situar un Magíster y Doctorado académico en el sur de Chile es un acto de equidad territorial. Es reconocer que la producción de conocimiento no puede estar centralizada en Santiago, sino que debe responder a las realidades históricas, sociales y culturales de la región. Se trata de un aporte situado, sensible a la otredad y al reconocimiento de quienes históricamente han sido invisibilizados: comunidades rurales, pueblos originarios, mujeres, disidencias y grupos que han enfrentado barreras de acceso al área STEM. La integración de una visión de género permite, asimismo, formar investigadores y docentes capaces de construir una matemática más justa y transformadora, abierta a todas y todos.
Este esfuerzo dialoga con los ejes del PEDI institucional, que impulsan la investigación con pertinencia regional, el fortalecimiento de la vinculación con el medio y la equidad como horizonte. Y se apoya en la experiencia del Departamento de Ciencias Exactas, que por décadas ha formado a los profesores de matemática de la región y hoy lidera la consolidación de la didáctica de la matemática como disciplina científica en el sur.
En el plano internacional, estos programas se enlazan con redes globales de investigación, compartiendo espacios con instituciones como con otros programas de las mismas características en América Latina y Europa. Esta disciplina comenzó a consolidarse entre las décadas de 1970 y 1980 con pioneros como Guy Brousseau, creador de la Teoría de las Situaciones Didácticas, e Yves Chevallard, con su Teoría Antropológica de lo Didáctico. Desde entonces, la didáctica de la matemática ha demostrado tener marcos teóricos, metodologías propias y un objeto de estudio legítimo: comprender cómo los seres humanos construyen conocimiento matemático en contextos diversos.
En otras palabras, el Magíster y Doctorado en Educación Matemática de la Universidad de Los Lagos representan más que una oferta académica: son un compromiso con la equidad y excelencia con pertinencia territorial, con la inclusión, con la otredad y con la justicia social. Son programas que no solo buscan enseñar mejor matemática, sino transformar las vidas de escolares: acortar brechas en STEM, formar docentes investigadores sensibles a su entorno y consolidar una disciplina científica que aporta al desarrollo humano y al futuro de la sociedad.Publicado por: Loreto Bustos Novoa