Dra. Maximina Márquez (Directora Docente Pedagogía en Matemática y Computación) ULagos
Dr. Pedro Vidal-Szabó (Jefe programa Magíster Ed. Matemática) ULagos
Hablar de educación en Chile es hablar de futuro. Sin embargo, cuando se trata de la enseñanza de la matemática —un área crucial para el desarrollo del pensamiento lógico, crítico y la movilidad social— enfrentamos un problema estructural: la desvalorización de la profesión docente y el debilitamiento de sus programas formativos.
El reciente reportaje de El Mercurio (2025) advierte que al menos diez carreras de Pedagogía ya han cerrado matrícula y podrían sumarse más el próximo año, principalmente en universidades regionales. Esta tendencia amenaza con reducir la diversidad y cobertura de la formación inicial docente, en un país que ya enfrenta déficit de profesores.
En el caso de las carreras como Pedagogía en Matemática, no solo se pierden postulantes, sino también el especio para formar futuros profesores comprometidos con las matemáticas y computación, disciplinas clave para el desarrollo científico-tecnológico. Este déficit ha persistido históricamente en las pedagogías STEM, particularmente en la formación de profesores de matemática.
Los datos de investigación respaldan esta alerta. En un reciente estudio, Miranda y colaboradores (2025) muestran que existe una desconexión preocupante entre la acreditación institucional y el desempeño real de los futuros docentes, lo que evidencia que el sistema de evaluación privilegia variables estandarizadas —como puntajes de admisión— en lugar de competencias adquiridas en aula. Este desajuste provoca que muchas y muchos profesores egresen con escaso apoyo para enfrentar la complejidad del aula, especialmente en contextos vulnerables.
A esto se suma la precarización laboral: extensas horas lectivas, insuficiente tiempo de planificación, bajos salarios en relación con la responsabilidad social de la profesión y sin estabilidad laboral. Según la OCDE (2023), la insatisfacción laboral es un factor decisivo en la fuga de talentos y en la baja sostenida de interés por estudiar pedagogía. Si las nuevas exigencias de admisión no van acompañadas de incentivos y mejoras en condiciones laborales, el escenario puede agudizarse.
Un imperativo ético y estratégico
Promover la mejora de las condiciones laborales del profesorado de matemática es crucial para asegurar calidad y equidad. Las políticas públicas deben:
La matemática es mucho más que números; es una herramienta para comprender y transformar la realidad. Dignificar a quienes la enseñan es invertir en ciudadanía crítica, innovación y equidad. Si queremos un país que piense mejor, debemos cuidar a quienes enseñan a pensar.
REFERENCIAS
Publicado por: Loreto Bustos Novoa